miércoles, 12 de noviembre de 2014


Núcleos prioritarios de investigación en Trabajo Social





A partir de las numerosas experiencias de investigación desarrolladas por los estudiantes en el marco del TIF se pude sostener que si bien no es factible identificar un objeto de estudio que resulte exclusivo del Trabajo Social, pueden establecerse cuatro núcleos temáticos que representan los principales aportes del Trabajo Social al estudio de los fenómenos sociales (Clemente, 2002). Estos núcleos son:
a. Constitución de sujetos sociales: Alude a los procesos de organización de los sectores populares (conformación de organizaciones comunitarias, procesos de liderazgo territoriales formas que adquiere las manifestaciones del conflicto social, etc.) para el abordaje de las problemáticas sociales.
b. Producción y reproducción de condiciones de vida: Refiere al estudio de las condiciones de vida de los sectores populares y las estrategias desarrolladas por los mismos para el abordaje de las necesidades y problemas sociales.
Acerca de la especificidad profesional en relación al abordaje Metodologico



Con respecto a la posibilidad de identificar un abordaje metodológico propio para el Trabajo Social, puede plantearse que durante la década de 1980 se fortaleció el planteamiento de que la Sistematización de la Práctica constituía una metodología particular para la producción de conocimiento por parte de los profesionales de la disciplina.
Reflexiones acerca de los desafíos del Trabajo Social enrelación a la investigación en Ciencias Sociales

En el presente trabajo se adopta una postura que pretende superar las posiciones endogenistas en los debates acerca de la especificidad en relación a las formas en las que se recorta y aborda el objeto de estudio en Trabajo Social. Al contrario se entiende que resulta un desafío para el colectivo profesional continuar avanzando en la conquista de espacios estratégicos para producción de conocimientos que logren posicionar al Trabajo Social de manera diferencial en el campo de investigación en Ciencias Sociales, superando el carácter de subalternidad históricamente asignado / asumido.
Reflexiones ... Acerca del Principio
 
Como establece la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (2000), la profesión del trabajo social se concibe como la disciplina que “promueve el cambio social, la solución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar el bienestar…”. Desde esta consideración, resulta complicado asimilar el Trabajo Social como la profesión erigida a partir de, según entiende J. P. Netto (1992), un acoplamiento entre la figura filantrópica y el funcionariado participe de las Políticas Sociales en el Estado de Bienestar. Podría ser injusto extrapolar esta afirmación. No podemos obviar a tantos de los profesionales que, como la pionera M. Richmond, han ejercido su profesión en promoción del cambio social al que hace mención el propio Código Deontológico del Trabajo Social. Un ejercicio que va más allá de la acción social justificada en valores altruistas o de la legislación por la que se estipula como un derecho a la atención de la ciudadanía. Actitudes a las que, evidentemente, tampoco nos permitimos oponernos.
 
Podemos entender que gran parte de nuestra práctica se ve inscrita dentro de un sistema regulador; que, por su parte, es regido por estructuras que contribuyen a la desigualdad social. Quizás por la, todavía, incapacidad de mostrar actitudes firmes que aseguren, como fin último de las políticas, la justicia social. Igualmente, somos capaces de asumir el estigma impuesto a la disciplina, por la que se considera que el Trabajo Social es una actividad profesional vocativa.
 
El ejercicio profesional de cualquier disciplina, ateniendo a los valores éticos por los que se construyen, también debe estar fundamentado, en este sentido, en la actitud vocacional de los estudiantes que se forman, y en la intención de hacer efectivo el Estado de Derecho. Y, entonces ¿de qué cualidades debemos empoderarnos para justificar nuestra acción profesional, si entendemos que no solo atendemos al ejercicio de una labor paliativa que responde a las deficiencias del Estado de Bienestar?
 
Por nuestra actividad disciplinar, somos conocedores de la realidad; por nuestra formación nos vemos posibilitados a llevar a cabo la activación de los recursos sociales necesarios para la atención de personas necesitadas de apoyo para el desarrollo de su proceso vital. Personas que, siguiendo a Richmond (1922), son vinculadas a conflictos generados en las relaciones sociales de las que todos los agentes son participes, y, por lo tanto, responsables. Como conocedores de la realidad, y desde la ética propia de la disciplina, así mismo, somos los principales agentes de cambio del sistema social. De una estructura que precisa de nuestra actividad para atender a las personas impedimentadas por procesos en los que tal régimen se configura. Atendiendo a una razón, la de la justicia social, que trasciende por encima de cualquier estado regulador.

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Aprende Trabajo Social

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